La función está a punto de comenzar. De improviso, se encienden luces de colores y empieza la música. Pero la orquesta no interpreta Las cuatro estaciones de Vivaldi o la Novena sinfonía de Beethoven. No. Suenan las bandas sonoras de clásicos del videojuego como Zelda, Halo, Final fantasy, Súper Mario Bros y otros grandes títulos. (La Vanguardia)
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