Los videojuegos responden al deseo de muchos menores y adultos de experimentar placer, de desarrollar habilidades instrumentales y motrices, pero por encima de todo, de establecer vínculos sociales y ejercitar multitud de aspectos relacionados con su identidad individual y su rol social. Pero los prejuicios sobre cuestiones adictivas todavía ahogan el debate público.
"La tesis de la adicción recibió un fuerte respaldo en un documento emitido en junio por la Asociación Médica Americana. En él se resumen las observaciones experimentales disponibles y se pide que la adicción a los videojuegos entre en los manuales diagnósticos de salud mental.
"Los juegos que pueden generar problemas suelen ser los que se desarrollan en internet", aclara González. En ellos, millares de personas interactúan por medio de personajes virtuales. "Algunas --añade-- quieren llegar a un nivel cada vez más alto para recibir un reconocimiento". Los afectados no suelen admitir su problema. "El paciente de 49 años alegaba que descuidaba a sus hijos porque ya no le necesitaban", explica. Pero hay que ir con cuidado al hablar de adicción, alerta Daniel Aranda, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universitat Oberta de Catalunya, porque "sobre los videojuegos circulan muchos tópicos y muy pocos estudios, y los segundos suelen desmentir a los primeros". Por ejemplo, respecto a la violencia. "Los juegos violentos pueden ser beneficiosos para algunos varones adolescentes, porque les permiten experimentar formas de hipermasculinidad sin violencia real", añade. Según Aranda, los videojuegos sufren de excesivo desprestigio. "¿Cuántos niños están obsesionados por el fútbol y se entrenan mucho más tiempo del debido? Pero nadie se preocupa de la adicción al fútbol", lamenta."
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"La tesis de la adicción recibió un fuerte respaldo en un documento emitido en junio por la Asociación Médica Americana. En él se resumen las observaciones experimentales disponibles y se pide que la adicción a los videojuegos entre en los manuales diagnósticos de salud mental.
"Los juegos que pueden generar problemas suelen ser los que se desarrollan en internet", aclara González. En ellos, millares de personas interactúan por medio de personajes virtuales. "Algunas --añade-- quieren llegar a un nivel cada vez más alto para recibir un reconocimiento". Los afectados no suelen admitir su problema. "El paciente de 49 años alegaba que descuidaba a sus hijos porque ya no le necesitaban", explica. Pero hay que ir con cuidado al hablar de adicción, alerta Daniel Aranda, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universitat Oberta de Catalunya, porque "sobre los videojuegos circulan muchos tópicos y muy pocos estudios, y los segundos suelen desmentir a los primeros". Por ejemplo, respecto a la violencia. "Los juegos violentos pueden ser beneficiosos para algunos varones adolescentes, porque les permiten experimentar formas de hipermasculinidad sin violencia real", añade. Según Aranda, los videojuegos sufren de excesivo desprestigio. "¿Cuántos niños están obsesionados por el fútbol y se entrenan mucho más tiempo del debido? Pero nadie se preocupa de la adicción al fútbol", lamenta."
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